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La falacia del costo hundido

Falacia del costo hundido

“Terminaré esta horrible película, así que obtendré el valor total de la entrada de cine que pagué”. Todos hemos estado allí: ya sea con comida, eventos o incluso programas de estudio.

Esta forma de pensar se llama la falacia del costo hundido y después de leer este artículo, serás tú quien tome tus propias decisiones y no el monstruo de la falacia del costo hundido.

Nuestro amigo Pablo

Érase una vez Pablo, un chico que acababa de graduarse de un programa de estudios tradicional, estaba lleno de expectativas y listo para comenzar su nuevo trabajo.

Todos los días iba a su oficina con toda la disposición de dar lo mejor de sí mismo a pesar de que empezaba a darse cuenta de que no había mucho crecimiento en el área que había estudiado.

Un día se dio cuenta de que su mejor amigo, Juan, estaba ganando mucho dinero y escalando la escalera corporativa con facilidad en otra empresa en un campo diferente: la programación. Por eso, Pablo comenzó a frustrarse y comenzó a trabajar cada vez más, pero sin obtener resultados porque las oportunidades en su campo eran escasas. Luego, comenzó a poner excusas sobre haber elegido la carrera equivocada y haberse quedado atrapado allí para siempre.

Ya tenía una carrera tradicional, por lo tanto, la programación estaba fuera de su perímetro.

Hasta que finalmente Juan convenció a Pablo de que la programación era para todos y que personas de diferentes orígenes estaban dejando de lado sus carreras y entrando en el campo de la informática.

Era hora de que Pablo aceptara que era mejor dejar ir todas esas horas y esfuerzo dedicado a su campo tradicional y seguir adelante.

La falacia del costo hundido a veces hace que nos quedemos en cosas que sería mejor dejar ir. Todo porque estás “demasiado involucrado en algo como para renunciar” o porque tienes miedo de ser etiquetado socialmente como “un desertor”.

Hay una salida fácil

Una vez que etiquetamos nuestras emociones, somos mucho más capaces de controlarlas, según Daniel Coleman en su libro Inteligencia Emocional.

Por contradictorio que parezca, el proceso de toma de decisiones es emocional, no racional, según varios libros, uno de ellos es Inteligencia Emocional. Por lo tanto, sólo reconocer que la falacia del costo hundido ha entrado en juego en tu proceso de toma de decisiones ayuda controlar mejor la tomar decisiones.

Como dijo Julia Gales en su video de Youtube: Al menos tener la falacia del costo hundido en tu radar significa que tienes la oportunidad de superarla, y así, tomar la decisión que te llevará a obtener mejores resultados.

Llévate contigo:

• Las decisiones se toman en base a las emociones.

• La falacia del costo hundido nos impide tomar las mejores decisiones.

• Olvídate de estar “demasiado involucrado en algo”.